Hola:
siempre me ha gustado el zoo aunque lloraba cuando veía al oso blanco, sacando su garra fuera de la reja y boqueando de calor. Amaba al pavo real y al león, le daba las galletitas más gordas al hipopótamo y trataba de que se me acercara el elefante. Hoy , sé que sufren y no quiero que sea así. Muchos ya no pueden salir del sistema, como el oso polar del zoo de Mendoza. Se trata entonces de buscar una solución intermedia , un ejemplo sería Temaikén, con todos sus proyectos de conservación. http://www.temaiken.org.ar/sec_que_hacemos_subsecciones.php?id=6&categoria=20 Hasta que ya no deba haber más zoos . Chau Alice
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario